YOGA PARA VIAJEROS

Viajar es una parte constante de nuestra vida hoy en día. Inicialmente, es emocionante visitar nuevos lugares y conocer gente nueva. Sin embargo, cuando tenemos que viajar por alguna motivo concreto, trabajo, competición … a veces, no es tan divertido.

Los viajes prolongados, cualquiera que sea el modo de transporte, causan fatiga física.

La falta de movilidad durante el viaje hace que el cuerpo se vuelva rígido y la mente se aburra. Perdemos los horarios habituales de trabajo y entrenamientos.

Nuestros cuerpos se vuelven rígidos, sobre todo en la espalda, los pies y las piernas se hinchan, los músculos se contraen y las articulaciones a veces duelen, estos son algunos de los problemas comunes, sobre todo en los viajes largos.

Mientras viajamos no podemos realizar una sesión de yoga habitual, pero podemos modificarla para adaptarla a la situación.

El espacio puede ser una limitación, pero el tiempo no , hay muy poco que hacer mientras se viaja, excepto comer, leer , charlas, dormir o ver películas. Se puede utilizar este tiempo para liberar la rigidez y mejorar la circulación de la sangre a las piernas.

Hoy en día son muchas las aerolíneas, que incluyen una selección de posturas para combatir la fatiga de los viajes ,en sus revistas de vuelo o en algún video dentro de su programación.

Además de durante el vuelo la práctica de yoga nos ayuda a adaptarnos una vez llegados a nuestro destino, facilita y acelera la adaptación a diferentes ambientes.

El cuerpo humano es un instrumento misterioso que tiene una capacidad innata de adaptarse a las variaciones del medio ambiente, pero por medio del pranayama ( respiraciones) y la práctica de asanas, la adaptación será más rápida y sufriremos menos Jet Lag.

A continuación una práctica que te ayudará durante tus viajes. En cada asana recomiendo la realización de cinco a ocho respiraciones.

Durante el vuelo:

  1. La retención de la respiración

Durante un vuelo, las personas experimentan una caída del 5 al 20 por ciento en la cantidad de oxígeno en su sangre. Esto depende de la persona, el avión y la longitud del vuelo.

El Pranayama o las respiraciónes son la mejor manera de volver a oxigenar la sangre de forma natural .

Para la retención de la respiración, inhala profundamente (abdomen, pecho, clavicula). Aguanta la respiración hasta que el cuerpo aguante, luego exhala muy lentamente. Realiza este ejercicio un par de veces y en la tercera, deja caer la barbilla hacia el pecho y luego exhala lentamente. Una vez realizado este ejercicio un par de veces, lleva la barbilla hacia arriba, la mirada al frente y deja que tu respiración vuelva a la normalidad.

  1. Postura de la cobra

Esta pose es excelente para aliviar el hinchazón. Es energizante , y reduce el cansancio y el estrés. Abre el corazón y los pulmones.

Recuerda mantener las piernas juntas y los dedos estirados detrás de ti y el empeine en el suelo. Hombros relajados y codos ligeramente doblados pegados al torso.

  1. Torsión espinal

Las torsiones ayudan a aliviar el hinchazón producidos en los viajes largos, inhala y abre el pecho (abdomen, pecho y claviculas, de nuevo más oxígeno a los pulmones) y libera la tensión en los brazos, hombros, espalda superior y el cuello con la exhalación.

Sentado, inicia el giro desde la parte inferior del abdomen, y manten los gluteos apoyados en el suelo. Cada vez que inhalas siéntate con la espalda recta y cada vez que exhalas, gire un poco más. No te olvides de repetir en el lado opuesto.

  1. Parvatasana

Nos ayuda a estirar y abrir los hombros y el pecho.

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Después del vuelo:

Vipartita Karani

Nos colocamos de costado, y levantamos las piernas, colocándolas de forma vertical con o sin pared. Si lo realizamos con pared, debemos colocarnos muy junto a la pared, espalda sobre el suelo y los brazos a los costados del cuerpo, ligeramente flexionados.

La sangre viene hacia la cabeza, y fortifica los sentidos.

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Sucirandhrasana

Después de estar mucho tiempo sentados los músculos alrededor de la cadera sufren mucho.

Pasamos los brazos por debajo de la rodilla, llevamos uno de los brazos entre las piernas y luego entrelazamos los dedos en la parte posterior del muslo.

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Ananda Balasana

Llevamos las manos a los pies (o tobillo) manteniendo los brazos en el interior de las piernas, y las rodillas hacia las axilas. Esta postura, también conocida como “Bebe Feliz” relaja profundamente los músculos situados alrededor de las caderas y estira la espalda baja.

También ayuda a relajarnos en caso de estrés o fatiga.

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Manu Sirsasana

Esta postura ayuda a calmar el cerebro. Estira la columna vertebral, hombros, isquiotibiales y las ingles. Estimula el hígado y los riñones.

Siéntate en el suelo con las piernas extendidas hacia el frente. Estira la columna vertebral hacia arriba y coloca bien la pelvis. Flexiona la pierna izquierda apoyando la planta del pie contra la cara interna del muslo derecho. El talón debe estar en contacto con la ingle o el pubis.

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“El yoga es sólo gimnasia sin una cuidadosa atención a la respiración”. Con este sencillo ejercicio, oxigenamos la sangre, despejamos la mente y calmamos las tensiones antes de la aventura en tierras desconocidas.

Esther Fernández
yogazarautz@gmail.com

Esther Fernández Profesora de Yoga www.yogaz.eus @yogazarautz

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