¿POR QUÉ NO QUIERO QUE MI TABLA SE PONGA MORENA?

¿Nos estamos dejando influir por campañas y más campañas de marketing que nos dicen que el blanco nuclear es lo más? ¿Tienen que ser nuestras tablas blancas como la nieve?

En unos meses regresará el verano, tiempo para desprenderse de capas y capas de ropa y comenzar a lucir cuerpecito. Todos soñamos con esas noches calurosas, bajo las estrellas, música de fondo, buenas amistades y reviviendo la última sesión de olas.

Con el sol llegan los cuerpos morenos, los pelos claros, la fruta madura, los campos amarillean…¡uuuuhm que bonito! pero resulta que cuando nuestra tabla cambia de color debido al sol…¡STOP!…”Houston we have a problem!”…

Qué hace la industria para que las tablas no amarilleen

¿Qué razonamiento pasa por nuestra cabeza, para querer llegar a la fiesta nocturna con un buen color de piel? pero sobretodo, que mi tabla sea la más paliducha de todas.

¿Nos hemos planteado lo que tiene que hacer la industria para que las tablas no amarilleen, y el impacto que tiene esto en el medio ambiente?

¿Nos hemos planteado que tanta obsesión estética tiene no solo un impacto medioambiental, pero también un impacto económico, dolores de cabezas a tiendas, distribuidores y marcas que se ven obligados a reponer, saldar o desechar un producto tecnológico por una tonalidad de color?

Yo sí quiero ponerme moreno, pero no se lo dejaré hacer nunca a mi tabla, ya que si eso pasa la siguiente ola no la podré disfrutar tanto…por eso señores de la industria, aditivar y aditivar mis tablas con químicos y más químicos que yo la quiero blanquita!

Un término medio, por favor

Como todo en la vida, hay un punto medio, y posiblemente ese sea el nivel de exigencia al que deberíamos llegar, porque ahora estamos en uno de los extremos.

La tecnología permite controlar el amarilleo. Pero, ¿y si prefiero una tabla más sana y morenita?

 

Jordi Oliva
jordi@entropyresins.eu
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