NATURALEZA Y EMPATÍA POR LA VIDA

De niño aprendió una lección muy importante. Y es que, la oportunidad que tuvo de aprender de la naturaleza, le permitió manifestar quién era él mismo sin juzgarse, ni limitarse.

“Comprendió que estamos hechos del mismo aire, agua y tierra que nos rodea, y que lo que hacemos al mundo nos lo hacemos a nosotros mismos”

El es Joaquin Leguía Orezzoli y es el fundador de la Asociación para la Ninez y su Ambiente (ong ANIA) de Perú, cuya misión es promover la empatía activa por la vida a través de iniciativas que emparentan a los niños con la Madre Tierra. Además, los empoderan como agentes de cambio para el desarrollo sostenible.

Hemos hablado con el. ¡No te pierdas la historia!

Surfer Rule: Si tuvierais que definiros para alguien que no os conoce,¿qué diríais? 

Joaquin Leguía: Criador de la vida, hijo de la Madre Tierra. Fui criado por ella en mi jardín de infancia junto a mi hermano que tiene habilidades diferentes.

Ambos me enseñaron a ver y sentir el mundo de una manera diferente. Me enseñaron que no solo existe lo que uno ve sino también lo que uno siente, y lo que les hacemos a los demás, nos lo hacemos a nosotros mismos.

S.R: En el ámbito de la sostenibilidad, ¿cómo clasificaríais a Perú en relación a otros países como, por ejemplo, Costa Rica? 

J.L: Costa Rica es un referente para el mundo y aun así tiene varios desafíos. En Perú, a pesar de que hay una tendencia hacia la sostenibilidad, falta que el sistema educativo le de prioridad y lo transversalice. También necesitamos más coherencia de quienes lo promueven.

S.R: ¿Algún ejemplo de medida que se haya tomado recientemente con relación a la sostenibilidad?

J.L: Hace poco salió una ley que regula el plástico de un solo uso. También una ley de rompientes que protege las olas más emblemáticas en el litoral peruano para la práctica del surf.

 S.R: ¿Cómo la naturaleza tiene poder para crear empatía y compasión? 

J.L: Una niña o niño que crece con un árbol y su perro como amigos, cómplices y hermanos, de adulto buscará estar en contacto con la naturaleza para sentirse bien y mejorar su calidad de vida. También buscará que sus hijos tengan esa experiencia y así sucesivamente.

La naturaleza no juzga ni discrimina y siempre tiene algo para ofrecer al corazón y la mente. Nos da compañía, refugio, cariño, alegría y mucho más sin pedir nada a cambio. Nos enseña a quererla y con ella a la vida (personas, plantas y animales).

Sin embargo, en el mundo urbano occidental la naturaleza ha sido institucionalizada como un objeto y se ha producido un quiebre en nuestro vínculo con ella. Es fundamental que dejemos de tratarla como una cosa, y volvamos a vincularnos con ella como sujeto, como un ser, como la Madre Tierra.

Ese es un cambio de paradigma urgente que nos ayudará a solucionar muchos de los problemas globales que afrontamos.

S.R: ¿Por qué es tan importante educar a un niño alrededor de la naturaleza? 

J.L: Hay una frase preciosa de David Sobel que dice “antes de pedirle a los niños que salven el Planeta tenemos que lograr que lo amen”.

Hay cada vez más estudios que indican que el contacto regular y positivo con la naturaleza no solo genera valores y actitudes a favor de la vida, sino que también contribuye a su desarrollo cognitivo, físico, social y emocional.

Es trascendental educar a las niñas y niños alrededor de la naturaleza porque así la conocerán, disfrutarán, querrán, cuidarán y así crecerán como adultos de buen corazón que llevarán la humanidad hacia un mundo mejor. 

S.R: Una pregunta que quizás a más de uno se le venga a la cabeza, ¿cómo es posible educar a un niño con naturaleza y sin tanta tecnología?

J.L: Hay que dosificar el tiempo que las niñas y niños están frente a una pantalla, y promover el tiempo al aire y en la naturaleza. La presencia de un perro en casa, jardín, plantas y paseos frecuentes al parque, campo o playa contribuyen mucho.

En algunos países como España, Estados Unidos y Brasil, los pediatras ya recetan tiempo en la naturaleza. La OMS recomienda que haya espacios con naturaleza accesibles a mínimo 15 minutos de donde viven los niños. Los expertos recomiendan el juego no estructurado en ella y la compañía de un adulto que estimule su imaginación y promueva cariño por su entorno con el ejemplo. 

S.R: Vuestro punto de partida se enfoca en los niños. ¿Creéis que es posible inculcar estos valores de los que habláis a una persona más adulta? ¿De qué forma? 

J.L: La mejor manera de inculcar valores hacia la naturaleza en adultos es a través de sus hijas e hijos. Igual es difícil, sobre todo cambiarles el chip de vincularse con ella como sujeto y no como un objeto.

S.R: De cara a los objetivos de desarrollo sostenible, habéis contribuido al número 18, “empatía activa con la vida”. ¿En qué consiste? ¿Cómo nosotros, como ciudadanos, podemos contribuir a ello? 

J.L: Creemos crucial que las nuevas generaciones crezcan con Empatía Activa por la Vida (EAV), para solucionar los problemas globales que afrontamos y podamos avanzar hacia el desarrollo sostenible.

EAV es la capacidad de priorizar el bien común a través de acciones cotidianas que generen bienestar para uno mismo, las demás personas y la naturaleza.  Para ello, es necesario contar con la Madre Tierra como aliada. Quien mejor que la vida misma para enseñarnos a valorarla y cuidarla.

Como estrategia para promover la EAV a nivel global hemos creado el “ODS18”. Este Objetivo de Desarrollo Sostenible, no es oficial, y es impulsado desde la sociedad civil por un grupo de emprendedores sociales. Consideramos que contiene la dimensión ética y espiritual del ser humano que nos conducirá a superarnos y modificar nuestra conducta y prácticas en favor de un mundo mejor. El ODS 18 es transversal a los otros 17, y ayudara a que estos avancen y se sostengan.

A través de la web se pueden sumar agrupaciones, organizaciones e instituciones, así como personas de todas las edades en todo el mundo. Hay una sección especial para que las niñas y niños se inspiren y participen. 

S.R: Usáis una metodología que denomináis TINI, ¿en qué consiste? 

S.R: Una TiNi (tierra de niñas, niños y jóvenes), es un espacio otorgado a niñas, niños, y jóvenes, desde ½ metro2 de tierra, donde crían la vida y la biodiversidad con cariño y en el proceso fortalecen su conocimiento, habilidades, y valores para vivir en armonía con el ambiente y aportar al desarrollo sostenible.

En la TiNi implementan acciones que benefician a: 1) ellos mismos, 2) sus familias u otras personas, y 3) la Madre Tierra. 

La metodología TiNi tiene un enfoque afectivo, lúdico, e intercultural que permite adaptarlo a diversas realidades sociales, económicas y culturales. Puede ser implementada en el hogar, institución educativa (IE), barrio o comunidad, en zonas urbanas y rurales y en diversos ecosistemas.

Dependiendo de su ubicación y extensión, la llaman el jardín de los niños, el bosque de los niños, la montaña de los niños, la laguna de los niños, la playa de los niños, entre otros. 

En la TiNi se juega, aprende y emprende: Cultivando plantas alimenticias, medicinales, para polinizadores, sembrando y cuidando árboles beneficiosos, creando y protegiendo hábitats y refugios para animales, cuidando y rehusando el agua, reusando desechos sólidos, expresando su arte y sentimientos, valorando su cultura e identidad entre otras.

A través de estas acciones las niñas, niños y jóvenes desarrollan:

1) Vínculo emocional con la Madre Tierra y empatía activa por la vida.

2) Conocimientos y habilidades que les permita adoptar estilos de vida saludables y sostenibles.

3) Sentido de propósito sabiéndose agente de cambio.

Hoy existen TiNi en Perú, Ecuado, incluido Galápagos, Chile incluido Rapa Nui, Canadá, Japón, India y algunos otros países.

S.R: En el año 2015, la metodología TiNi fue institucionalizada por el Ministerio de Educación de Perú como “Espacios de Vida-EsVi”, llegando a más de 5500 instituciones educativas de nivel primario en 18 regiones del país. A nivel general, estos espacios, “aulas de la naturaleza”, ¿cómo se gestionan? 

J.L: Creemos imprescindible que las nuevas generaciones desarrollen empatía activa por la vida. Para que ello ocurra a través de la educación formal necesitamos incluir a la Madre Tierra como maestra en las escuelas y que ella cuente con su aula.

En Perú, el Ministerio de Educación institucionalizó la TiNi con el nombre de EsVi, como aula de la naturaleza. Esta aula se aprovecha como recurso pedagógico para transversalizar el eje ambiental en todas las áreas curriculares. También para desarrollar en los estudiantes un vínculo afectivo con la Madre Tierra y sentido de propósito, aplicando los conocimientos adquiridos para generar bienestar para ellos mismos, las demás personas y su entorno natural.

Una vez identificada el área, el director, por medio de una resolución directoral, institucionaliza el espacio EsVi como parte de la infraestructura educativa. En algunos casos, si solo hay cemento, y quieren extraerlo, lo hacen en coordinación con la Unidad de Gestión Educativa local y el Municipio.

S.R: Una de vuestras iniciativas es el “carbono por educación”, ¿cómo pueden contribuir individualmente las personas que quieran?

J.L: “Carbono por Educación”, es un servicio que tiene como objetivo promover estilos de vida sostenibles a través de la compensación de la huella de carbono y desarrollo de empatía activa por la vida en las niñas y niños.

A través de este servicio las personas naturales e instituciones públicas y privadas pueden compensar la huella de carbono que genera el uso anual del teléfono celular, la habitabilidad de un hogar, el transporte en vehículos terrestres y/o transporte aéreo.

 Al compensar la huella de carbono, un tercio de los recursos recaudados son invertidos en habilitar y mejorar áreas verdes o naturales donde niñas, niños y jóvenes puedan jugar, aprender y emprender, en el marco de la iniciativa TiNi, en hogares, escuelas y comunidades, en zonas urbanas y rurales del Perú. 

S.R: Otra de vuestras iniciativas es el “Bono SAVE”, para todos aquellos que trabajan por una educación con estos valores. De cara a nuestros lectores, ¿podríais explicar brevemente en qué consiste y quiénes podrían obtenerlo? 

J.L: El Servicio Ambiental en Valores y Educación (SAVE), es la capacidad de la naturaleza, a través de áreas verdes y naturales, de criar seres humanos más saludables, empáticos y con mayores conocimientos, habilidades y valores en favor de la vida cuando crecen en contacto regular y positivo con ella.

Así, las NNJ que se crían en contacto con la naturaleza, a comparación de los que no, son más proclives a lo largo de sus vidas a realizar acciones que cuiden el ambiente, es decir su entorno social y natural.

El Bono SAVE nace como un mecanismo innovador que permite canalizar recursos económicos hacia las TiNi para que se sostengan en el tiempo y a través de ellas la naturaleza continúe brindando Servicios Ambientales en Valores y Educación a la sociedad.

El bono está diseñado para aplicarse en la educación formal a través de las TiNi y/o EsVi y en la educación no formal a través de TiNi en barrios, comunidades, iglesia, hospitales y otros. También se puede aplicar en espacios naturales o elementos de la naturaleza que aporten al desarrollo de valores en favor de la vida en niños y jóvenes como por ejemplo y un perro de servicio, un árbol monumental, una ola, entre otros.

S.R: El surf es un deporte que se realiza en un medio natural como es el mar. Si lo vemos como un aula de naturaleza más, ¿qué podemos aprender? 

J.L: Tenemos un caso donde se gestionó un Bono SAVE para una ola. Uno de nuestros aliados es la organización Alto Perú. Ellos utilizan el Surf Therapy como un medio para desarrollar valores y empoderar a niñas, niños y jóvenes (NNJ), como agentes de cambio.

Sus sesiones se dan en una playa donde hay una ola llamada Moana. Es gracias a Moana que las NNJ pueden desarrollar valores y actitudes en favor de la vida cuando surfean en ella. Alto Perú considera a la ola como profesora /maestra.

S.R: Si alguna escuela o entidad del surf quisiera tener un aula TiNi, ¿qué tipo de aulas se podrían hacer con el mar? ¿Cómo podríais ayudarles?

J.L: En la costa del norte del Perú, en el Puerto de Paita, durante 7 años existió “la playa de los niños”. En alianza con la Capitanía del puerto y la Municipalidad, les otorgaron a las niñas y niños de la ciudad 3000 metros cuadrados en la playa para que lo disfrutaran, cuidaran y emprendieran acciones en favor de ellos, las demás personas y la Madre Tierra.

Fue una experiencia única que no se ha repetido a pesar de que las TiNi se han multiplicado en el Perú y otros países del mundo. Si hay alguna agrupación, organización, institución o persona natural que le interese desarrollarlo, ya sea en un espacio publico o privado, encantado que me contacten para ayudarlos a lograrlo y que su experiencia se convierta en un referente para que otros lo hagan en el mundo. 

Surfer Rule
info@surferrule.com

Más que surf, olas gigantes y tendencias Surfer Rule, revista de referencia del surf y el snowboard en nuestro país desde 1990, promueve los valores, la cultura y las inquietudes de todos los que amamos los boardsports.

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