EN 1955 CELEBRABAN “LA VIDA DE USAR Y TIRAR”

En 1955 aparecía en la revista Life esta foto de una familia estadounidense celebrando el advenimiento de «La vida de usar y tirar», propiciada en parte por el plástico desechable. Los plásticos de un solo uso nos han facilitado la vida, pero también constituyen una gran parte de los residuos que hoy ahogan los océanos.

Según datos de Ecoembes, en 2018, cada ciudadano depositó unos 15,7 kg de envases de plástico, latas y briks en el contenedor amarillo (un 12,3% más que en 2017) y 18,1 kg en el contenedor azul (+12,4% más que en 2017). Esto supone un gran incremento en el reciclaje de envases en España, donde los datos revelan que ya se recicla el 78,8% de los envases de plástico, latas y briks y los envases de papel y cartón.

Con todo esto y según datos de Eurostat, España en 2018 ocupaba el 6º puesto en el ránking europeo de reciclaje de envases.

Fuente: Ecoembes

Cicloplast ya advertía que la economía circular de los plásticos en los últimos años ha ido aumentando año a año y, en el caso concreto del reciclado de plásticos, en 2017 en España la cifra de toneladas de plástico reciclado había superado a la de plástico depositado en vertedero.

Fuente: Ecoembes

Y es que con estos datos se observan ciertas mejoras, pero todavía queda camino por recorrer, sobre todo en el tema de los envases plásticos.

Existen muchos tipos de plásticos, aunque el mercado está dominado por cuatro tipos principales:

  • Polietileno (PE): Bolsas de plástico, láminas y películas de plástico, contenedores (incluyendo botellas), microesferas de cosméticos y productos abrasivos.
  • Polyester (PET): Botellas, envases, prendas de ropa, películas de rayos X, etc.
  • Polipropileno (PP): Electrodomésticos, muebles de jardín, componentes de vehículos, etc.
  • Cloruro de polivinilo (PVC): Tuberías y accesorios, válvulas, ventanas, etc.

La mayor parte de los plásticos se emplean en la fabricación de envases, es decir, en productos de un solo uso. Por ello, debemos prestar especial atención y cuidado a estos productos.

La utilidad de los envases de plástico

“Son necesarios, pero también un problema”.

El plástico es uno de los materiales más comunes en todo el mundo en la fabricación de envases para alimentos. Estos pueden estar fabricados solo de plástico o formados por una capa de plástico sobre otro material como metal o papel. También hay otra opción: el empleo de plástico reciclado, que puede usarse, bajo ciertas condiciones, en contacto con alimentos, tal como admite la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), encargada de evaluar la seguridad de este tipo de materiales en la Unión Europea.

Foto: Pixabay

El éxito comercial de los plásticos como producto de embalaje se debe a una combinación de flexibilidad, resistencia, ligereza, estabilidad e impermeabilidad. Estas características hacen de los plásticos un material de embalaje ideal para todo tipo de alimentos.

El envasado no afecta el sabor y la calidad del alimento. De hecho, las propiedades de barrera de los plásticos aseguran que los alimentos mantengan su sabor natural al tiempo que los protegen de la contaminación externa. Además, su versatilidad se muestra en aplicaciones como botellas para bebidas, aceites y salsas comestibles, vasos de yogur de frutas, o de margarinas…

Algunos beneficios del embalaje plástico son:

El material de embalaje más ligero. Si bien más del 50% de todos los productos europeos están empacados en plásticos, solo representan el 17% del peso total del empaque en el mercado. 

– Conservación de alimentos.

Seguridad e higiene. El embalaje de plástico protege contra la contaminación de alimentos y medicamentos y ayuda a prevenir la propagación de gérmenes durante la fabricación, distribución y exhibición.

Pero…no todos son beneficios

Todos los días vemos cientos de toneladas de envases de plástico que se tiran a la basura, lo que provoca un problema ambiental, provocando que cada día los rellenos sanitarios se vuelvan insuficientes para recibir tal cantidad de basura.

De hecho, si nos fijamos, la mayoría de nuestra basura consiste en envases plásticos: botellas de refresco, de agua, de cloro, de pinol, botellas de limpieza, bolsas del súper, bolsas de botanas, bolsas donde se empaca comida… mucha de esta basura, no se puede reciclar o su costo resulta muy caro y las compañías no se comprometen.

Foto: Pixabay

Ya no solo la cantidad de basura, otro problema reside en que hay productos de plástico casi imposibles de reciclar porque, aunque existe la tecnología, es muy difícil que el proceso sea rentable. Aquí se incluyen residuos demasiado degradados o contaminados, pero también casos muy cercanos a todos nosotros. Por ejemplo, muchos plásticos de un solo uso, como cubiertos, algunos envases o bolsas ligeras, tienen tan poca masa que su limpieza, recuperación y reciclado no puede ser rentable, por lo que hay que facilitar su sustitución por otros materiales.

También son muy difíciles de reciclar los plásticos multicapa que podemos encontrar, por ejemplo, en envases de loncheados o pizzas, que suelen contener dos o más capas de plásticos diferentes en cada lámina, para hacer de barrera y reducir la entrada de oxígeno o la salida de grasas. Estos envases multicapa son eficaces para aumentar la duración del alimento envasado, pero su reciclado no resulta rentable porque hay que separar los plásticos.

Y es ante todo, la mayoría del plástico existente no es degradable. ¿Por qué? Por su procedencia del petróleo. Y aún los que declaran serlo, no lo hacen en condiciones naturales y cuando lo hacen, se rompen en microplasticos.

Petróleo vs naturaleza: 

1. La mayoría del plástico se fabrica a partir del petróleo.  

2. El petróleo es el producto final de la descomposición de organismos que una vez vivieron. 

3. En el proceso de fabricación del plástico, el ser humano hace del petróleo unos enlaces químicos muy fuertes, lo que provoca que los organismos que normalmente descomponen la materia orgánica, son incapaces de reconocer esos enlaces. No son capaces de romperlos, y por lo tanto no son capaces de descomponer el plástico.

Tal y como nos cuenta Haritz Sardon, los plásticos actuales se han diseñado teniendo en cuenta sus propiedades y su precio.

“Una de las propiedades principales por las que los plásticos se han incorporado al mercado es su durabilidad. Pero ahora nos estamos percatando que su durabilidad no es algo positivo en especial cuando se utiliza en envases de un solo uso (el 45-50 % de los residuos que se encuentran en el mar) y está generando unos problemas catastróficos en nuestro planeta. Hasta hace muy poco, a la hora de producir un plástico no se tenía en cuenta como se podía reciclar ese plástico; que gasto económico y energético podía tener el reciclar este plástico, esto esta cambiando y hay cada día más empresas que se están involucrando con la sostenibilidad”. 

La investigación que dio con un plástico completamente reciclable.

La sociedad cada día avanza más para solucionar el tema de los envases de plástico. Esta vez, unos investigadores de la Facultad de Química de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), junto con investigadores de la Universidad Estatal de Colorado, en Estados Unidos, han diseñado materiales completamente reciclables para el envasado que impulsan la economía circular para los materiales de envasado de plástico, donde el diseño y la producción respetan plenamente las necesidades de reutilización, reparación y reciclaje.

La mayor peculiaridad de nuestro estudio es que hemos diseñado un plástico teniendo en cuenta su reciclabilidad. Primero hemos diseñado una base que sabemos por estudios previos que se puede reciclar en condiciones favorables energéticamente (a bajas temperaturas). Luego hemos jugado un poco con el diseño de esos plásticos para darles propiedades competitivas para poder ser utilizado en el embalaje (en especial buenas propiedades barrera a los gases para poder mantener los alimentos en buen estado) “.

En la búsqueda de soluciones para este problema, los materiales biodegradables han suscitado gran interés. Estos polímeros, en condiciones adecuadas, se degradan formando dióxido de carbono, agua y biomasa. «Entre los polímeros biodegradables uno de los más prometedores es el poli(ácido láctico). Sin embargo, su elevada rigidez junto a su bajo carácter barrera hacen que este material no sea adecuado para reemplazar los materiales comerciales”.

Por ello, últimamente el reciclaje químico está adquiriendo gran importancia. «Este tipo de materiales, una vez que finaliza su vida útil, pueden ser reciclados químicamente obteniendo el monómero original o nuevos monómeros. El monómero se puede volver a emplear para sintetizar de nuevo el material. De esta manera se evita que se generen desechos plásticos», 

Pero ¿en qué consiste el reciclaje químico? Pues ni más ni menos que en un sistema que devuelve los plásticos a sus componentes más básicos. Son los denominados monómeros. Acto seguido, los purifica para eliminar las impurezas que puedan tener. Por último, a partir de estos monómeros ya “limpios” produce de nuevo un polímero plástico. Este plástico puede utilizarse después para formar parte de no pocos objetos cotidianos. Incluso, de prendas de vestir o calzado.

Tal y como explica uno de los investigadores, en este trabajo se han estudiado dos homopolímeros reciclables químicamente: el poli(gamma-butirolactona), que presenta adecuadas propiedades mecánicas, pero una alta permeabilidad a diferentes gases y vapores; y la poli(trans-hexahidroftalida), que muestra propiedades opuestas, es muy rígido y presenta una baja permeabilidad.

Por lo tanto, «se ha optado por desarrollar copolímeros combinando ambos compuestos/monómeros. Variando su composición ha sido posible sintetizar materiales con adecuadas propiedades mecánicas y barrera que son mejores que los polímeros biodegradables y similares a los materiales comerciales que se emplean hoy en día en el envasado». 

En definitiva, un descubrimiento clave y que se encuentra en sus fases iniciales, pero que pronto podría estar abriendo un nuevo camino hacia la sostenibilidad.

Foto: Pixabay

Nuestro trabajo esta en épocas iniciales. Es difícil que pueda incorporarse a día de hoy ya que la industria no esta por la labor de invertir dinero en épocas tan iniciales. Aún y todo, si que hay varias empresas que han mostrado interés, y estamos en conversaciones con diferentes sectores para ver donde puede introducirse nuestro material. ” Haritz Sardon.

Surfer Rule
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Más que surf, olas gigantes y tendencias Surfer Rule, revista de referencia del surf y el snowboard en nuestro país desde 1990, promueve los valores, la cultura y las inquietudes de todos los que amamos los boardsports.

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