SOLACE

Sebastien Zanella había estado planeando este viaje por un tiempo. Desde que un amigo de Brasil le habló de un pequeño paraíso virgen en América Central.

Describió apasionadamente las sorprendentes rocas negras y las fascinantes playas. Los monos serían los únicos compañeros en la tierra, mientras que las mantarrayas debían evitarse cuidadosamente en cada paso porque se escondían a lo largo de la orilla.

Eso era todo lo que necesitaba saber, y finalmente se embarcó en el viaje con su amigo Arnaud. Cuando se acercaba su llegada, se encontró con Jake en la esquina de un camino empinado. Originario de Australia, había pasado más de un año desde que dejó su isla para vagar por una superficie mucho más vasta: el mundo.

Saltando constantemente de un país a otro sin dinero y sobreviviendo en pequeños trabajos, Jake estaba feliz siempre que las olas entraran a saludarlo. Aunque no lo conocía bien, lo invitó a unirse a su expedición. Luego, solo quedaban una docena de horas conduciendo y navegando por los manglares para llegar al lugar que había imaginado durante tanto tiempo. Al llegar, se mudaron con una familia de pescadores, los únicos habitantes en estas partes remotas. En estos preciosos momentos, Solace comenzó a existir.



Basado en el libro SOLACE: https://bit.ly/3amOkj5

¿Quién era él para enamorarse del sol?
Mal entendido por los hombres,
No pudo esconderse en medio de sus refinamientos,
Porque su lamento rondaba en las sombras, y, finalmente, desapareció.
Al pie de gigantes negros como el azabache encallados como salmuera y espuma,
El consuelo dejó que su pasión se hiciera cargo.
Un romance encendido en arenas de ébano,
Superando su mente racional con cada ola sorprendente.
Moluscos, crustáceos y cetáceos sus espectadores,
A una devoción tan pura que solo se compartía con el horizonte.
Cuando el sol se desvaneció
El anochecer destrozó a Solace
Y la noche resonó con sus gritos.

¿Quién era él para enamorarse del sol?
Mal entendido por las estrellas,
Y porque estaba angustiado en la oscuridad, a raíz de su locura,
Las caricias ardientes de su amado no podían despertarlo de la quietud.

Grabado y dirigido por Sebastien Zanella
Protagonizada por Jake Mckeown

– Detrás de la escena –

Surfer Rule
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