
19 Jun LA IMPORTANCIA DEL PIE TRASERO EN EL SURF
Nuestro amigo y gran profesional Yorch de OsteoSurf365 y fundador de Surfmory nos habló con anterioridad sobre lesiones de rodilla y como recuperarlas.
Hoy hablaremos en específico de la pierna trasera debido a su importancia en el surfing.

Desde un enfoque biomecánico y osteopático, el surf puede ser especialmente exigente para la rodilla del pie trasero, particularmente en el stance, donde esta pierna actúa como punto de apoyo y dirección.
Análisis biomecánico breve:
Compresión y rotación excesiva: Durante maniobras como los giros en bottom turn o cutbacks, la rodilla del pie trasero soporta una fuerte combinación de compresión axial, rotación tibial interna y valgo forzado, lo que puede sobrecargar el menisco medial y los ligamentos colaterales.
Desbalance muscular: El desequilibrio entre cuádriceps e isquiotibiales, común en surfistas, puede generar una inestabilidad funcional que incrementa el estrés en la articulación femorotibial.


Desde la osteopatía, se buscaría:
- Mejorar la movilidad de la cadera y el tobillo para descargar la rodilla.
- Corregir disfunciones en la cadena miofascial posterior y el core, para optimizar el control postural y distribuir la carga de manera más eficiente.
- El papel clave del tobillo en la pierna trasera del surfista: biomecánica y abordaje osteopático
Si ya entendemos que la rodilla de la pierna trasera es un punto crítico en el surfing por su función de anclaje y dirección, no podemos dejar de lado el papel fundamental del tobillo en esta misma pierna. Esta articulación, muchas veces subestimada, es clave tanto para el rendimiento como para la prevención de lesiones.

Biomecánica del tobillo en el surf
Durante maniobras, el tobillo del pie trasero absorbe y transmite fuerzas desde el pie hacia la rodilla y la cadera. Su movilidad —especialmente en dorsiflexión, eversión e inversión— es esencial para permitir ajustes finos en el equilibrio y la dirección sobre la tabla.
Cuando el tobillo carece de movilidad o estabilidad funcional, el cuerpo compensa a nivel de rodilla, exponiéndola a mayores cargas de rotación y compresión. Esto no solo incrementa el riesgo de lesiones meniscales o ligamentosas, sino que también limita la fluidez técnica del surfista.
En osteopatía, el tobillo es visto como un eslabón de una cadena funcional continua. Si hay restricciones en la tibioastragalina o en las articulaciones del tarso, estas alterarán no solo la mecánica del pie, sino también la alineación de la rodilla y la pelvis.
Desde la osteopatia se buscará:
- Restaurar la movilidad articular del tobillo (dorsiflexión, eversión, etc.) para facilitar la descarga funcional de la rodilla.
- Liberar tensiones en la fascia plantar, tríceps sural y peroneos, que suelen estar hiperactivos en el surfing.
- Integrar el trabajo postural y de estabilidad del core y cadera, para evitar compensaciones que terminen sobrecargando al tobillo o la rodilla.
Cuidar el tobillo no es solo prevenir esguinces: es optimizar la cadena cinética desde el pie hasta el core. En surf, donde cada centímetro cuenta en la ola, tener un tobillo funcional en la pierna trasera puede marcar la diferencia entre una maniobra fluida y una lesión repetitiva.
Desde luego que no todos somos iguales, el estilo de vida, patologías y lesiones anteriores así como componentes genéticos nos beneficiarán o perjudicarán en función de cada persona.
Ejemplo clínico: rodillas en valgo y menisco medial dañado Imaginemos a Pablo, surfista de 34 años, goofy, con antecedentes de lesión en el menisco medial de la rodilla trasera y tendencia estructural al valgo de rodillas. Su lesión se agudiza tras sesiones intensas de surf con giros agresivos. Un análisis revela que su tobillo trasero tiene una limitación en la dorsiflexión y un patrón de hipermovilidad en eversión, probablemente adquirido tras esguinces repetidos mal rehabilitados.
Este desequilibrio en el tobillo genera una alteración en la cadena cinética: la tibia rota internamente de forma compensatoria, provocando una sobrecarga en la cara medial de la rodilla. En cada giro cerrado, el menisco ya lesionado se ve forzado a absorber más presión axial combinada con rotación interna, agravando el dolor y la inflamación post-sesión.
En un abordaje osteopático se trabajaría en:
- Mejorar la dorsiflexión tibioastragalina y controlar la movilidad lateral, para que el tobillo vuelva a funcionar como un amortiguador eficiente.
- Corregir tensiones miofasciales en el tríceps sural, fascia plantar, peroneos y tensor de la fascia lata, para reducir el valgo dinámico.
- Optimizar el control neuromuscular de glúteo medio y core, para asegurar una correcta alineación desde la cadera y evitar la colapsación medial de la rodilla en cada giro.
Cuidar el tobillo no es solo prevenir esguinces: es optimizar la cadena cinética desde el pie hasta el core.
En casos como el de Pablo, intervenir sobre el tobillo puede ser clave no solo para mejorar su rendimiento en el agua, sino para evitar la progresión de una lesión meniscal que, de no tratarse adecuadamente, puede acabar alejándolo de las olas.
*Fotos y artículo cortesía de Yorch de OsteoSurf365 – www.surfmory.com
*Foto portada Keola en Depositphotos
No Comments