09 Feb ¡EL ARTE DE SURFEAR POR LA VIDA!

Surfear por la vida es un arte que te permitirá disfrutar de cada momento como una ocasión excelente para poder entregar lo mejor de ti, tanto a ti mismo como a los que te acompañen en tu existencia.

Las “casualidades” de la vida o el destino de tu alma hacen que tomes contacto con el surf y con el mar. Ese infinito mar lleno de posibilidades. La vida se abre ante ti con un universo lleno de posibles experiencias.

Te prestan una tabla o la alquilas y las personas que están junto a ti te dan sus consejos de cómo has de hacerlo. Sucede lo mismo con nuestras familias, que nos acompañan desde que nacemos y nos “educan” para que nada malo nos ocurra. Sin duda, esta ayuda es importante y nos evita bastantes revolcones y accidentes.

Pero llega un día de esta maravillosa vida en el que te encuentras con tu tabla, listo para emprender tu propio camino. Los profesores y los amigos ya nos han dado su versión de cómo hacerlo “todo” correctamente. Ahora es tu turno, y ya no hay quien te libre de las consecuencias de tus actos… ¡O sí! Nunca se sabe.

Escoges el lugar donde vas a experimentar tu aventura. Miras la previsión, la dirección del swell, de los vientos que se esperan y la altura de las olas. Igual que escogerías una carrera, una profesión o un lugar donde vivir.

La aventura ya se siente y te encuentras con inmensas ganas de comenzarla lo antes posible. Tus expectativas son altas y quizás sientas un nudo en el estómago, que es la prueba física de tu miedo ante lo desconocido, o de tu hambre de comerte el mundo.

Amanece el nuevo día y entras en la playa sin saber muy bien lo que va a suceder: “el primer paso es un paso de fe”. Puede ser que las olas no estén tan altas como decían, o quizás son mayores y el viento puede hacer más difícil mantenernos en la tabla.

Por mucho entrenamiento que hayas disfrutado, siempre hay olvidos. Tu mente y tu cuerpo no se coordinan como cuando el monitor estaba a tu lado. Todo es igual y, sin embargo, nada es lo mismo.

Te impulsas tumbado en tu tabla y las olas vienen hacia ti sin compasión. Aprender a pasar por encima o a través de ellas es el camino para llegar más allá, al lugar donde quieres esperarlas. Las olas son las situaciones de la vida; dependerá mucho de cómo las afrontes. Hacerlas un problema o tomártelas como una circunstancia a superar sólo depende de ti. Se puede culpar al mundo, a los demás, a tu familia… pero son una oportunidad que nos brinda la vida para incrementar nuestra resiliencia, para hacernos mejores por dentro y por fuera.

Ya estás en el lugar donde nacen las olas. Paciencia. La paciencia es la madre de la ciencia. Saber escoger la “buena” es un don. Quizás es mejor dejar pasar algunas hasta que sientas que ha llegado la tuya. Quizás no sabes lo que quieres y dejas pasar tu oportunidad. La duda es natural, pero si escuchas tu corazón la despejarás. Lograr encontrar a tu acompañante en esta vida es un ejercicio de equilibrio entre la intuición y el pensamiento. Confía en ti y déjate ayudar por la vida.

Subirse a la tabla es cuestión de decisión, de práctica. Muchas veces has caído y te has levantado. La resiliencia es tu amiga y has aprendido a mantener la calma en los momentos en los que la fuerza de la ola toma cuerpo y te sientes volar en la cresta de esa ola. Hacerlo perfecto quizás esté bien, pero experimentarlo con alegría, ¡es mejor!

Todo tu ser está en este instante y no hay tiempo para pensar. Tu sexto sentido te dice cómo has de surfear y nadie más puede hacerlo por ti. Te fundes con la ola y lo que un día fue un problema hoy es un aliado. Es momento de disfrutar, de llenarte de ti y de compartir tu alegría con los demás.

Llegas a la playa y el mar continúa, eterno. Sonríes y tomas consciencia de que hoy lo has dado todo. Y mañana… ¡Dios dirá!

Miguel Ángel Cueto Liaño. 

Psicólogo Clínico – Hipnosis

www.miguelangelcueto.com