SURF EN VERANO

Tiras los papeles al aire, te marcas un baile de victoria y sales del edificio en el que te encuentras tocando las baterías imaginarias por cada puerta, fuente y barandilla que encuentras en el camino. Es verano, hace calor y estás de vacaciones.

Dejando de lado todas las diferencias que hacen que la vida de una persona que está de vacaciones pueda llegar a ser prácticamente opuesta a su rutina diaria, podríamos decir que en vacaciones, por norma general, solemos tener más tiempo. ¿Y en qué invertir el tiempo si tienes la suerte de encontrarte cerca del mar o tener un vehículo motorizado? En surfear, ¡claro!

Si tienes más tiempo para surfear, no solamente significa que puedes darte baños más largos, sino que también puedes planearlos mejor. El surf en verano es atractivo principalmente por unos factores implícitos en esta etapa del año; las temperaturas, las horas de luz, el sol… Sin embargo, presenta también una serie de inconvenientes que hacen que el surf estival pueda ser algo frustrante. Mi misión es analizar el surf en verano de la manera más objetiva posible y poner en balance qué supone practicar nuestro deporte favorito en este momento del año tan especial.

Fotografía Ayuntamiento de Suances

Te levantas tarde porque como estas de vacaciones pues ni madrugas ni tienes prisa en irte a dormir. Hay un cuarto de metro con 9 segundos y 11 kilómetros de onshore, lleva así 2 semanas y en marea alta no se puede ni entrar. Hace calor y mucho sol y la playa está repleta de humanos, algunos en el agua con una gran variedad de objetos flotantes, otros sin ellos entre dos banderas colocadas en los diferentes breaks de la playa…

Entras al agua y estás rodeado de 25 corchopanes de 8 pies cada uno, 10 surfistas rasos, 5 humanos con diversos objetos flotantes y otros 5 sin ellos nadando por placer sin saber muy bien lo que hacen. ¿El problema? El espacio. Cabe esperar que el pico en verano sea diferente no solo por las condiciones, sino también por el ambiente que se respira. La mayoría del pico, en verano, queda compuesto por debutantes y surfistas que flotan tranquilamente esperando a su ola para pasar una mañana agradable aprendiendo un deporte nuevo. Esto desde luego es positivo ya que el ambiente es despreocupado. ¿Y a quién no le gusta eso? La gente ríe, grita ante la temible serie de dos palmos e intenta coger olas demasiado tarde resultando esto en varios corchopanes volando simultáneamente. Es divertido.

En este espacio no hay lugar para competitividad, malos gestos y saltadas o culebreos. Está claro que no todo el mundo actúa correctamente en el agua, pero la mayoría de los casos resultan por desconocimiento o imprudencias, y eso se puede enseñar y aprender.

El verano es un helado estampado en el suelo, una sombrilla volando por la playa tras saltar el onshore térmico al mediodía, una señora en senos documentando como su nieto pilla olas con el corcho, una heineken con un platito de olivas y, aunque nos cueste admitirlo, olas de mierda. Claro que mañanas estivales algo más frías en las que sopla offshore y el mar está bombeando, pero es entonces cuando nos acordamos del invierno y pensamos “menudo regalo de día”… Te pegas todo el día en el agua sin saber cuando será la próxima sesión con condiciones así de favorables. Baños y más baños esperando a la serie sentado en la tabla soñando con una ola digna que pueda dejarte coger algo de velocidad y fluir.

Está claro que las condiciones en verano, por las diferentes circunstancias que vengo describiendo, no son las ideales para practicar el surfing. Pero también hay que analizar el resto de variables que hacen que el surf en verano sea único y tan gratificante.

Fotografía La posada de Somo

El primero de todos y ya mencionado es el ambiente con el que se surfea. Relajado, fácil y despreocupado. Olvídate de esos baños invernales en los que el mar está haciendo lo suyo y seis o siete surfistas pelean por coger la mejor ola de todas, o el mayor tubo. En verano en el agua todo es relax, buen humor y generosidad. Otro aspecto que hace que el surf de verano sea tan especial es sin duda el poder darte un baño de 3 o 4 horas y salir cual naufrago buscando una cerveza fría en una terraza que mira justo al break. Ver el anochecer a las diez de la noche después de haber estado toda la tarde en el agua en bañador es una sensación inigualable.

Además, es muy probable que en verano tengas la oportunidad de surfear con ese amigo o amiga que no lo hace en ninguna otra ocasión, eso también es bonito. Entrar con una persona con la que no sueles practicar este deporte y compartir lo que más te gusta con él o ella es siempre una sensación de recompensa y amistad muy valiosa. Al fin y al cabo, el surf está para compartirlo, y no hay mejor situación para hacerlo que en una calurosa y soleada tarde de verano.

 

Tags:
Mikel Eslava Anoz
mikel.eslava@opendeusto.es
No Comments

Post A Comment

* Copy This Password *

* Type Or Paste Password Here *




Mostrar Botones
Esconder