SE PROHIBE LA PESCA COMERCIAL EN EL ÁRTICO

Últimamente que en el surf se ha puesto de moda surfear estas gélidas aguas, no podemos menos que alegrarnos de esta noticia, que supone una nueva victoria para los conservacionistas y para todos en general. Se prohíbe la pesca comercial en el Ártico para los próximos 16 años. Este logro viene a dar un respiro a los efectos que está teniendo sobre esta zona el cambio climático.

La zona del Ártico era un está en el punto de mira de la industria pesquera. Pero también lo está de la industria del petróleo, del gas, del turismo o de los minerales. El deshielo expande el océano y abre también la zona a la explotación por parte del hombre.

Deshielo del Ártico

El deshielo en el Ártico es una realidad

Investigación vs. Pesca comercial

Han sido 9 las naciones, junto con la Unión Europea, los que han acordado la prohibición de la pesca comercial en el Ártico, en un desesperado intento por frenar los efectos de la actividad del hombre en la zona.

Han sido dos años de duras negociaciones que por fin han dado su fruto. En realidad no sólo la industria pesquera está interesada en esta zona, sino que también la ansían para yacimientos de petróleo, gas o minerales.

La decisión en realidad viene de la necesidad de que los investigadores puedan estudiar mejor la situación actual de la zona, que está sufriendo un deshielo muy rápido.

El Ártico es zona de alto riesgo

En 2012 la NASA informa que el hielo que cubre el Océano Ártico alcanza su nivel más bajo de los últimos 30 años.

Según IFLScience, “en comparación con otras regiones del mundo, algunas partes del Ártico se están calentando dos veces más rápido”.

En los últimos veranos, prácticamente el 40% del Océano Ártico Central eran aguas abiertas.

Esta noticia impacta en la opinión pública, acompañada de datos e imágenes que la corroboran y no dejan lugar a dudas. El agua se está calentando, el océano se expande y esto provoca un mayor movimiento de peces.

Aquello fue un dato que hizo frotarse las manos a la industria pesquera: más pescado y menos hielo indica más oportunidades.

Según Rod Fuijta, director de I+D del programa Oceans del Fondo de Defensa Ambiental, “en el pasado, cuando se descubrían nuevas fuentes de pescado, han sido explotadas rápidamente y sobreexplotadas en muchas ocasiones”.

Especies que desaparecieron por la pesca

Según el derecho internacional, la situación hasta ahora es que los recursos del Ártico no son de nadie, en ausencia de un acuerdo.

Sin ley que lo regule, pescar allí no era ilegal, y esto alarmaba enormemente por el daño que podía suponer a un ecosistema marino que es de los más frágiles del planeta y más susceptible a los cambios.

A finales de los 80, la pesca de arrastre de Japón y China entre otros, pescaron de forma intensiva en aguas internacionales del estrecho de Bering (entre Rusia y EEUU) y eliminaron así millones de toneladas de abadejo. A principios de los 90, la especie se agotó, y aún no se ha recuperado.

Este es sólo un ejemplo de lo que podría haber ocurrido en el Ártico si no se llegaba a un acuerdo para legislar. La irresponsabilidad del hombre lo hacía necesario y urgente.

¿Qué se consigue con esta prohibición?

Oso polar

Hace unas décadas, gran parte del Ártico era impenetrable, pero ahora sus grandes placas de hielo se están rompiendo y descongelando sin remisión. Esto abre nuevas rutas comerciales y de pesca.

El acuerdo ha sido una fantástica noticia y casi milagroso, ya que dado el panorama actual de la postura de varios países frente al cuidado del medio ambiente deja mucho que desear.
 

El Ártico es un ecosistema frágil y muy susceptible a los cambios

Los gobiernos que se han involucrado han sido: EEUU, Rusia, Canadá, China, Dinamarca, Noruega, Japón, Corea del Sur, Islandia y toda la UE.

Al firmar este acuerdo, se pone en marcha un programa que analizará el estado de las poblaciones de peces en la zona y cuánto daño está produciendo en el planeta la pesca comercial.

David Balton, vicesecretario adjunto de Océanos y Pesquerías del Departamento de Estado declaró para NY Times que “es un caso raro de gobiernos haciendo algo por adelantado para evitar un problema”.  

¿Qué zona queda protegida?

El área bajo protección es de 2,8 millones de kilómetros cuadrados, en la zona de Alaska.  El acuerdo se renueva automáticamente cada 5 años, y se considera que en un futuro, si las cosas van bien y las poblaciones de peces están en buen estado, se puede abrir la zona.  Un acuerdo histórico ya que no hay otra zona en alta mar donde se haya apostado primero por la ciencia y la conservación.

Más información: NASA

Surfer Rule
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