DESPERDICIO Y PÉRDIDA DE ALIMENTOS, LO QUE DEBES ESCUCHAR

A menudo escuchamos que hay que acabar con el hambre en el mundo, con las guerras, que debemos acabar con el consumismo masivo y comprar menos ropa, que la industria de la moda es una de las más contaminantes

Pero es cierto que, pocas veces, se ha tratado el tema de la pérdida y el desperdicio de los alimentos. Y es que, a poco que nos paremos a pensar, el consumismo se refleja en gran medida en nuestra lista de la compra. Compramos más de lo que podemos comer y a menudo dejamos que la comida caduque en nuestra nevera.

Pérdida y desperdicio, a qué nos referimos

Con «pérdidas de alimentos» nos referimos a la disminución de la masa de alimentos comestibles en la parte de la cadena de suministro que conduce específicamente a los alimentos comestibles para el consumo humano. Las pérdidas de alimentos tienen lugar en las etapas de producción, poscosecha y procesamiento de la cadena de suministro de alimentos (Parfitt et al., 2010).

“Casi un tercio de la comida que se produce en el mundo para el consumo humano -unas 1.3 billones de toneladas- se desperdician o se pierden”.

Las pérdidas de alimentos que ocurren al final de la cadena alimentaria (venta minorista y consumo final) se conocen como «desperdicio de alimentos», más relacionado con el comportamiento de los vendedores minoristas y los consumidores (Parfitt et al., 2010).

Según la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), cada año 1.300 millones de toneladas de comida acaban en la basura, un tercio de la producción total.

Tirar por tirar

El porcentaje es notablemente mayor en los países desarrollados que en los estados en vías de desarrollo.

En Europa y América del Norte se pierden y desperdician entre 95 y 115 kilos de comida por persona y al año, mientras que en África subsahariana, Asia meridional y Asia suboriental la cantidad de comida producida y no consumida es únicamente de entre 6 y 11 kilos al año.

En los países de ingresos altos, los alimentos se desperdician mucho más en la etapa del consumo. Se tiran incluso siendo adecuados para el consumo humano. En estos países las causas de las pérdidas y el desperdicio provienen principalmente del comportamiento del consumidor: poca planificación a la hora de hacer la compra, la actitud de despreocupación de aquellos que pueden permitirse desperdiciar la comida…

“Cada año, los consumidores de los países más ricos desperdician casi tanta comida (222 millones de toneladas) como la producción neta de comida en África sub-sahariana (230 millones de toneladas)”.

En los países de ingresos bajos, los alimentos se pierden principalmente durante las primeras etapas de la cadena de suministro de alimentos y se desperdician muchos menos alimentos en el consumo. Las causas de las pérdidas y el desperdicio en estos países están principalmente relacionadas con las limitaciones económicas, técnicas y de gestión.

Las pérdidas de alimentos conllevan el desperdicio de recursos utilizados en la producción, como tierra, agua, energía e insumos.

Producir comida que no va a consumirse supone emisiones innecesarias de CO2 además de pérdidas en el valor añadido de los alimentos producidos.

Todos tenemos un papel que desempeñar en la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos, no sólo por la comida sino por los recursos que hacen falta para producirlos. En un mundo con recursos naturales limitados y donde es necesario encontrar soluciones para producir alimentos para todos, reducir las pérdidas de alimentos es un asunto del que debemos oír hablar.

Surfer Rule
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