EL UNIVERSO TRAS LAS PIEDRAS

Es temprano por la mañana, llego el primero a la oficina con un nudo pequeñito en el estómago, igual que cuando crees que vas a perder tu vuelo. Es muy sutil, como para tenerme intranquilo, pero no lo suficiente como para estar nervioso. El día anterior había estado intentando quitarle hierro al asunto, pero no me creía mis propias explicaciones. Algo relevante va a pasar hoy, y no va a ser bueno.

En un rato voy a recoger los frutos de mi trabajo duro: me llevarán a una habitación y me informarán de que estoy despedido. Me lo he buscado, a conciencia, he luchado duro por llegar a este punto incómodo. Al fin y al cabo hace falta trabajo duro para ser un niñato soberbio y engreído. He tenido que hacer un esfuerzo importante para poder centrarme en todo lo malo a mi alrededor, en los fallos de los demás y en señalarlos de manera repetida e intencionada, en todo momento.

Vuelvo a mi mesa, y sin saber como reaccionar, me quedo allí, parado. Estoy avergonzado y perdido, no sé que se supone que debo hacer ahora, en mi mente hay mil pensamientos a la vez que suenan como un zumbido. Lo único que se me ocurre que tiene sentido es levantarme y decirle a mis compañeros -con un nudo en la garganta- que me han despedido, tras lo cual todos me dan la mano, me desean buena suerte y miran mi cabeza baja al cruzar el umbral de la puerta.

Entro en el coche y dejo que mi cuerpo lleve el coche, mi mente está en otro lado y en ningún sitio a la vez, como si me hubiera dado un golpe muy fuerte. Tras unos minutos me doy cuenta de que he llegado a mi pueblo y estoy aparcado en la avenida que bordea la orilla, mirando el mar. Parece que hay buenas olas hoy, ¿Qué se puede hacer ahora que sea mejor que surfear un rato? Subo corriendo a casa cómo si las olas se fueran a escapar-, cojo la tabla y voy corriendo hasta el pico que queda justo en frente de mi portal.

Es uno de esos días en los que el aire está caliente pero no demasiado, así que bajo descalzo, sin camisa y con la tabla bajo el brazo. Busco una piedra que no resbale mucho, de esas que tienen cositas amarillas, desde la que saltar al agua sin darme un piñazo. Y fue ahí en el aire, en medio del salto, justo antes de tocar el agua, cuando pasó. En ese momento el tiempo dejó de medirse en minutos, porque crucé una cortina fina como un velo, pasé la frontera del cambio de universo.

Salté a una realidad donde los problemas no habían conseguido llegar, se habían quedado al otro lado. Desde allí, a través de esa fina capa que separa los dos universos podía verlos: el despido, la incertidumbre laboral, la económica, la percepción que tengo de mi mismo…

Es curioso este universo al que he saltado: un universo sin tiempo y sin juicios, donde no es tan malo lo que me ha pasado hoy, de hecho, no parecen problemas en absoluto. Desde aquí, solo veo eventos sin importancia, cosas que le pasan a cualquiera, que no amenazan mi existencia ni mi felicidad. Y si desde aquí no se ven tan grandes ni oscuros, si desde aquí todo lo que me ha pasado hoy es tan importante como el color de la camisa que llevaba puesta, ¿son realmente problemas? Me entra la duda, ya no estoy seguro de que tenga problemas, de que hoy sea un mal día.

Esa duda empieza a disolverse entre ola y ola. Cada bajada, cada giro hace que cuando mire de nuevo al otro lado del velo, al universo de los mortales, a la normalidad, lo que está al otro lado se haga cada vez más pequeño, menos oscuro, y más neutral. Como un caldero que cuece a fuego lento, noto como mi percepción va cambiando. Hace dos horas que me han despedido, que tenía problemas enormes, y ahora…. Ahora no son nada.

Salgo del agua cruzando el umbral de los dos universos, relajado, con una perspectiva más amplia de mi mundo fuera del mar. Veo a lo lejos que mi mujer llega del trabajo y me acerco. Me pregunta como es que salí tan pronto del trabajo, y le respondo: “Me han despedido”. Es en ese momento en el que me doy cuenta de que algo ha cambiado en mi, y que la línea que divide un problema de un evento en mi mente está más difusa.

Ardiel González
ardiel@gmail.com
No Comments

Post A Comment

* Copy This Password *

* Type Or Paste Password Here *




Mostrar Botones
Esconder